Aikido es un arte marcial japonés de defensa personal, fundado por el gran Maestro (O´Sensei) Morihei Ueshiba.

Se fundamenta en utilizar la energía del atacante y conducirla a través de movimientos circulares y proyecciones para inmovilizarlo o controlar su agresión.

Hoy día existen varias asociaciones de Aikido en el mundo; pero la única bajo la línea directa de

O´Sensei es el Aikikai (Fundada por él mismo y su hijo y primer Doshu Kisshomaru Ueshiba). En la actualidad el Aikido esta creciendo cada día más en el mundo, gracias al trabajo del actual presidente del Aikikai y nieto del fundador, Moriteru Ueshiba.

Ai (合), Ki (気) y Do (道) podría ser traducido como “El Camino de la Armonía con la Energía del Universo” y por lo tanto es el Arte de la Paz, donde no iniciamos conflicto y donde se rechaza cualquier tipo de competencia. Más bien, enfatiza el desarrollo del cuerpo y la mente hasta conseguir la armonía completa mediante el entrenamiento constante. Aikido no compite porque cree que la victoria verdadera está en el autocontrol y dominio del ego.

Ciertamente nuestra disciplina es de las más completas hoy en día. Tiene gran capacidad de adaptación a cualquier situación y en sus técnicas no se requiere la aplicación de fuerza. Abarca técnicas contra agarres, golpes, contrincantes armados y defensa contra uno o varios atacantes. Debido a que la fuerza necesaria para contrarrestar una agresión proviene del agresor en sí, no se requiere de una complexión física determinada ni estar en cierto rango de edad para practicar el Aikido. Es muy funcional para niños, mujeres y personas de contextura no tan fuerte.

La práctica del Aikido puede ser un ejercicio cardiovascular vigoroso, el cual te ayudará con la movilidad, la flexibilidad y la postura corporal. En pocas palabras, la práctica constante ayuda a mantener una buena salud física y mental.

Es por lo anterior, es que todos podemos beneficiarnos del Aikido, tanto niños, niñas, jóvenes, mujeres, hombres, adultos y adultos mayores.